Mi Aventura en Pacasmayo

No lo asumí por completo hasta el día en que estuve sola sentada tras el escritorio a cargo de la recepción.

Había llegado un par de dias antes y ya había sido capacitada en todos los menesteres relativos al hotel. Me sentí tan bienvenida y feliz, que logré contener la nostalgia que me fluía incesantemente cada vez que pensaba que cada una de las cosas que estaba haciendo, ya las había hecho o las había contemplado hacer para mi proyecto estrella... Tío Caco.



El hotel en el que estuve trabajando era muy parecido a mi proyecto. Era de una familia y cada uno de los integrantes, tenía un rol que cumplir. Y, tal como hubiera sucedido en Tío Caco, algunos le ponían más empeño que otros.

No me costó ir más allá de mi rol de recepcionista. Si bien ya había adquirido el compromiso de realizar acciones y productos en el ámbito de las comunicaciones; siempre sentí que podía dar un paso más. Creando protocolos, dando ideas y tratando de fomentar el diálogo fluido entre cada uno de los integrantes. Como habría sido y fue con Tío Caco.

El dia en que comencé a trabajar, recuerdo haber posteado en FaceBook algo asi como “uno siempre está en el lugar en el que debe estar”.

Allí estuve yo, en la recepción del Hotel El Mirador dejando mi corazón y mis ideas entre sus paredes. Haciendo amigos y yendo a mi playa de piedras antes del turno. Atendiendo a los huéspedes y actualizando el FaceBook.

Si fue una premoción o no, el tiempo lo dirá. Sólo sé que soy materia dispuesta para continuar lo que nunca debió haberse detenido. Hasta entonces será.

2 comentarios:

  1. Encuentro que eres una tremenda trabajadora donde te pongan. Me nace esta reflexión porque estoy buscando compañero o compañera para un reemplazo. Qué fortuna tuvo Hotel El Mirador de contar contigo :)

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